Láser frío de baja frecuencia:
Actúa sobre la percepción del dolor, al estimular las vías neuronales que liberan analgésicos naturales
y promueven la regeneración tisular (capacidad fisiológica que permite al organismo reparar daños, recuperar la funcionalidad y la estructura original de los tejidos).​ ​
Mejora el flujo sanguíneo, aumenta la energía celular, la producción de colágeno, reduce la inflamación, la hinchazón y el enrojecimiento asociado con diversas afecciones.​
Magnetoterapia:
Los campos magnéticos interactúan con las células, favoreciendo la recuperación de sus condiciones fisiológicas de equilibrio, permitiendo su regeneración, promoviendo, además, una acción antiestrés, la aceleración de los fenómenos reparadores y una acción directa bioregenerante, antiinflamatoria, antiálgica, antiedematosa y sin efectos colaterales indeseables.
Se indica para estimular la regeneración de los tejidos después de eventos lesivos de distinta naturaleza por su efecto de relajación muscular sobre la fibra lisa y estriada, produciendo sedación y alivio del dolor. Estimula al organismo en el sentido de su propia curación.